Por: Ma. Luisa Rodríguez Recientemente acudimos en familia a un ensamble musical percusionista de tambores japoneses. Se denominan taiko, el cuerpo es de madera de árboles centenarios y las membranas son de piel de animal. Escucharlos es conectarte con el latir del poder de tu propio cuerpo, es sentir desde el movimiento de tu ropa hasta el latir de tu corazón con un estómago vibrante.
Fue una tarde inolvidable, tan pronto estabas en momentos solemnes como aplaudiendo guiados por la alegría de estos jóvenes. La sintonía que logró el líder del grupo permitió que fluyese el auditorio.
La música era alta, los diferentes estilos de Wa-daiko temblaban con intensidad, y de pronto se escucha un sonido diferente, armónico, suave, limpio, producido por pequeños címbalos. Hizo este pequeño instrumento que la pieza musical agregara a la vitalidad, el componente esencial de la dulzura. Todo cambió, la introducción de este humilde instrumento dio brillantez a la pieza musical. El címbalo, tocado en su debido momento, hizo la diferencia.
Practicar la PNL te brinda la oportunidad de vivir los momentos de una forma más intensa, reconocer y nombrar las emociones que brotan en ti y darte cuenta del placer de disfrutar con intensidad. Así como de analizar tus experiencias buscando un aprendizaje.
Por lo que la pregunta que surgió en mí en ese instante: ¿Qué hice diferente este día? ¿Cuál es la diferencia que hará que este día sea diferente?.
En nuestra vida por comodidad, tendemos a hacer más de lo mismo, entre eso está el quejarnos por lo que sucede en nuestra cotidianidad, pero seguimos sin cambiar. ¡Ni siquiera cambiamos la forma de lamentarnos!.
Los pequeños cambios cuando son constantes pueden producir un cambio significativo al acumularse. ¿Qué cambio pequeño introducirás hoy en tu vida?.
¿CUÁL SERÁ LA DIFERENCIA QUE HARÁ LA DIFERENCIA EN TU VIDA?
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